lunes, 22 de octubre de 2012

Perros de laboratorio

No sé qué me pasa últimamente que veo las cosas desde otro punto de vista, analizando las cosas más de lo habitual. Ahora mismo sin ir más lejos, me encontraba comiendo una bolsa de aperitivos que suelen traer una pegatina para los niños, en este caso la pegatina era un pequeño trozo de cartulina blanca donde en letras bien grandes ponía ¡ PREMIO! ¡ PREMIO ! , - ¡ Qué suerte tengo ! ,  inevitablemente miré a ver de qué se trataba, ¨Una mano loca¨  GRATIS , busqué dónde tenía que ir a recoger mi premio. Lógicamente lo ponía en la letra más pequeña, aquella que solo miras cuando la información que buscas no aparece en las que vas encontrando de mayor tamaño. Y finalmente lo encontré, ¨canjea premio donde hayas comprado esta bolsa.¨ Les faltó añadir, ¨así ya que vas compras algo más.¨ No vas a hacer el viaje en vano, total vas a por algo que es ¨gratis¨.  Engaña-bobos...

Seguí buscando información para un trabajo , y terminé tan saturada que decidí dejar el tema en mi mente e ir al cine con mi pareja y ver una película. Fuimos al centro comercial Xanadú y en la zona de ocio, antes de entrar al cine, hay un restaurante que sigue la típica temática americana (que ahora no recuerdo bien su nombre) . Lo cierto es que había pasado por allí bastantes veces y no me había percatado de su existencia, pero esta vez era imposible que no llamase mi atención. Sonaba ¨Grease - You're the One That I Want¨, y la gente se paraba a mirar hacia las diferentes personas que se encontraban disfrutando de una tranquila cena de Sábado,pero no les miraban a ellos... Bailarines ! entre las mesas, había bailarines !! bailando como si por el salón de su casa se encontrasen estaban un par de chicos y chicas, escenificando esta famosa canción. Las caras de la gente que lo observaba eran muy diferentes; sorpresa, agrado, burla, pero claramente no pasaba desapercibido para nadie. Como antes comenté no recuerdo el nombre del establecimiento, pero sé que la próxima vez que pase por allí me fijaré para ponerle nombre, así cuando cuente a mis conocidos esta experiencia sepa de que restaurante en concreto se trata, incitándoles posiblemente a querer ir un día para ver si coinciden con semejante espectáculo gratuito. Y lo más seguro será que yo pare algún día a probar que comida sirven y poder juzgar por mi misma.

Maldito marketing que nos incita al consumismo ! ¿ y yo quiero dedicarme a esto? Lo peor de todo es que creo comprenderlo y ser capaz de dedicarme a ello. Las personas somos muy predecibles a las reacciones que vamos a tener ante ciertos estímulos. A veces veo el marketing  así, como una especie de condicionamiento clásico. Espero que todo sepáis quién es Paulov, y conozcáis su teoría.
 Paulov observó que a los perros que tenía en su laboratorio, les bastaba oír los pasos de la persona que les traía la comida para comenzar a salivar. Y se preguntó si cualquier otro estímulo, por ejemplo el sonido de una campana, podía provocar la salivación si se unía a la presentación de la comida. !Y así fue! Finalmente bastaba el sonido de la campana sin que la comida estuviera presente para que los perros comenzaran a salivar. Simplificando esta teoría, el condicionamiento se basa en ESTÍMULO-RESPUESTA. traduciéndolo a términos de la vida real nosotros somos los perros, el marketing es el estimulo y la respuesta es el Bien/Servicio.

 Veo estrategias de marketing por todas partes. A todas horas. En todos los lugares. Veo a madres utilizar el marketing con sus hijos. A personas utilizarlo en su día a día con ellos mismos. En las noticias. Incluso a indigentes pidiendo en la calle, veo marketing mire donde mire, y lo más triste; veo una maldita sociedad que se rige por estímulos de conducta, y estímulos de compra.

 Nos están educando así, como Paulov entrenó la conducta de sus perros, mediante estimulo - respuesta.